Ya sea natural, envasada o sin triturar, lo cierto es que el niño tiene comer fruta, debido a los innumerables beneficios para su salud y desarrollo.
A partir de los 6 meses aproximadamente, el pediatra ya recomienda empezar a introducir otro tipo de alimentos en la dieta del bebé. Y aunque la base de su alimentación sigue siendo la leche, lo cierto es que ya se puede complementar con los purés de pollo y carne a la hora de la comida; y las papillas de fruta en la merienda.
Precisamente, en el post de hoy vamos a hablar de cómo y qué frutas debe incluir las papillas de la merienda según el niño va creciendo; así como de la importancia de estos alimentos en el desarrollo físico y mental del pequeño.
¿Cómo son las primeras papillas de frutas?
Si tu bebé está a punto de cumplir su primer medio año de vida, ha llegado el momento de que comiences a preparar las papillas de fruta. Ante esta situación, seguro que te preguntas ¿Qué frutas debe incluir? Pues bien, como todo lo relacionado en la alimentación de un bebé, la introducción de las distintas variedades de frutas debe hacerse de modo gradual.
Así, las primeras papillas multifrutas pueden incluir manzana, pera, naranja y plátano. Ya sea todas juntas o combinandolas como al bebé le guste más.
Es normal que al comienzo el niño las rechace. La textura, el sabor y el hecho de comer con cuchara supone una experiencia nueva y completamente desconocida a la que el pequeño tiene que acostumbrarse. Si quieres, puedes ayudarle a que el sabor le resulte más suave echándole un cacito de cereales sin gluten en la mezcla. Nunca azúcar o cualquier otro edulcorante.
Papillas de frutas a partir de los 12 meses
A partir de los doce meses, frutas como las fresas, el melocotón o el albaricoque pueden comenzar a formar parte de las preparaciones. E incluso, puedes añadir galleta para endulzar. Verás cómo tu pequeño estará deseando que llegue la hora de la merienda para disfrutar de su papilla de frutas y galleta.
Hasta ahora, nos hemos referido a las papillas de frutas elaboradas de manera casera, sin embargo, otra opción es la de los tarritos de fruta, como los del Nutribén, elaborados con fruta fresca de calidad y recogidas en el estado óptimo de maduración. Además, los bebés suelen aceptarlos muy bien por su textura y sabor suave.
¿Por qué tiene que comer papillas de fruta?
Ya sea natural, envasada o sin triturar, lo cierto es que el niño tiene comer fruta, debido a los innumerables beneficios para su salud y desarrollo. Así, en las frutas encontramos altos porcentajes de vitamina C y A, ambas con poder antioxidante; minerales como el potasio, importante para mantener la actividad muscular y el magnesio, relacionado con el funcionamiento del intestino; fibra, que ayuda al tránsito intestinal.
Así, podemos destacar algunas variedades que por sus propiedades, son especialmente beneficiosas para los peques de la casa. ¿Quieres saber cuáles son?
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- Manzana: Esta fruta posee fibra, magnesio, hierro, calcio, fósforo y vitaminas A, B, C y E. Tiene propiedades diuréticas y contiene pectina, una fibra que absorbe toxinas y depura el organismo. Además, los antioxidantes que contienen ayudan a mantener protegido el organismo de los más pequeños.
- Pera: Aunque no está tan valorada como la manzana, lo cierto es que la pera también es una fruta muy completa. Tiene un alto contenido de potasio, que actúa con el calcio en la formación ósea del niño, un bajo contenido en hidratos de carbono y sodio y tiene propiedades astringentes y antiinflamatorias por lo que su consumo (bien maduras) está indicado para los trastornos digestivos como la diarrea.
- Plátano: La fibra que se encuentra en los plátanos fomenta una buena digestión. Además, previene la anemia, y es que esta fruta es rica en hierro, ácido fólico, vitamina B12 y cobre, sustancias que intervienen en la formación de los glóbulos rojos. Y por último, mejora el funcionamiento del cerebro porque es rico en vitamina B6, la cual mejora las funciones cognitivas.
- Naranja: Las naranjas ayudarán en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, también favorecen la absorción del hierro de los alimentos y aumenta las defensas ante las infecciones.